Una vez fui parte del caos, esa forma de hacer sin medir consecuencias…
como caminar a ciegas dentro de un pantano. En algún momento mis labios dijeron
cosas que yo no creía, ni sentía, ni entendía… y no era yo… me creía una víctima
de las circunstancias, cuando era el verdugo de mi propia esencia, el azar
comandaba mi barco y la tripulación -que no era más que mi ser fragmentado- suplicaba
por regresar al hogar que había olvidado.
Las victimas que esperan milagros han olvidado que pueden elegir
pero elegí
una semilla de luz iluminó mi camino, di las gracias a las mujeres que fui,
a las que ya no necesito para seguir existiendo, agradecí el escudo que me brindaron
y les dije adiós… sentí conciencia de mi existir y escuche por primera vez mi latido.
2 comentarios:
Había un vez una "manada bloguera bolita" (o cosmobolita, como dice usted) que se leía entre sí.
Por esas cosas de terquedad yo sigo aquí. Por esas cosas de manía mantuve tu rss y así llego a este tu nuevo tú.
Lindo retorno.
Un abrazo!
Muchas gracias Pablo... mi terquedad era menos visible, seguía leyendo los pocos blogs activos que quedan, sin decir ni mu ;)
gracias por tu comentario!
Publicar un comentario